Cómo convertirse en lideresa indígena: la experiencia de Lea Nicholas-MacKenzie 

Lea Nicholas-MacKenzie, conocida como la “Princesa Guerrera”, ha luchado toda su vida por los derechos de las Mujeres Indígenas en el plano nacional e internacional. Considera que la Recomendación General de la CEDAW es el instrumento que tiene el poder de presionar a los Estados para un cambio real y efectivo.

El 19 de julio de 1979, un centenar de Mujeres y Niñas y Niños Indígenas de la Primera Nación Tobique del Canadá iniciaron una marcha de 160 km que atrapó la mirada de cientos de personas. Armadas con pancartas y letreros de color rojo, esas mujeres implacables recorrieron lagos, bosques y ríos desde el pueblo de Kanesatake hasta el Parlamento canadiense en Ottawa para manifestarse contra una ley canadiense conocida como la Ley sobre los Indios, que era discriminatoria contra las Mujeres Indígenas. Esta ley del siglo XIX establecía que si una Mujer Indígena se casaba con un hombre no indígena, ella y sus hijos perdían sus estatus de “Indios”.

Entre los participantes de esa marcha histórica estaba la pequeña Lea Nicholas, que acompañaba a su mamá, activista política de la organización Indian Rights for Indian Women. Esa fue la primera vez que luchó por los derechos de las Mujeres Indígenas. “Recuerdo sentirme inspirada por esas mujeres valientes dedicadas a despertar conciencias”, explica. 

Las manifestantes lograron que el Ministro de los Asuntos Indios de Canadá se sentara con ellas como actores políticos, resultado sorprendente para la época. Finalmente, en 1985, consiguieron que el gobierno aprobase una propuesta de ley para reformar la Ley sobre los Indios. Desde muy pequeña, Lea aprendió que si se lucha de forma unida por los derechos individuales y colectivos de las Mujeres Indígenas, se pueden obtener grandes éxitos. Su carrera de incidencia política a nivel nacional e internacional la llevaría a obtener el nombre de “Princesa Guerrera”. 

El Pueblo Wəlastəkwey de Canadá

Lea creció entre árboles, nieve y ríos helados, rodeada de primos y primas, tíos y tías. Pasaba el día en medio de una naturaleza exuberante, atrapando conejos, paseando con raquetas de nieve o recogiendo el famoso sirope de arce. Pero bajo esta imagen idílica de la niñez se esconde una situación de pobreza, falta de oportunidades y despojo del Pueblo Wəlastəkwey —también conocidos como Maliseet—, al que Lea pertenece. 

El Pueblo Wəlastəkwey forma parte de las Primeras Naciones del Canadá, compuestas por 635 comunidades, representantes de más de 50 naciones y grupos lingüísticos distintos. Su nombre hace referencia al hermoso río Wəlastəkw y enfatiza la relación de sus miembros con el espacio natural que habitan. Antes de la colonización, vivían por el territorio geográfico entre Quebec, New Brunswick y Maine. “Esta era nuestra tierra, pero los colonos impusieron fronteras. Ellos no veían ninguna tierra ni territorio Wəlastəkwey”, explica Lea. Gran Bretaña firmó los Acuerdos de Paz y Amistad con los Pueblos Indígenas del Canadá en 1725 y 1779. Sin embargo, estos fueron raramente respetados y los británicos siguieron usando prácticas coloniales para deshumanizar a los Pueblos Indígenas. “Pero no consiguieron eliminarnos por completo”, recalca Lea .

El poder de la educación: una historia de horror para los Pueblos Indígenas del Canadá

En la familia Nicholas, la educación era un requerimiento imprescindible. Aunque la abuela Nicholas no había podido asistir a la escuela fuera de la reserva, luchó para que sus hijas e hijos, nietas y nietos sí tuvieran esa oportunidad. Este alto nivel de educación entre familias indígenas era completamente inusual en aquella época, ya que la Ley sobre los Indios impulsó un sistema educativo para Niños y Niñas Indígenas que tenía como objetivo la asimilación y genocidio cultural. 

Entre 1894 y 1947, la asistencia a estos internados indios era obligatoria, y es uno de los episodios más oscuros de la historia de Canadá. Se han documentado numerosos abusos físicos, psicológicos y sexuales; y se estima que entre 10.000 y 50.000 Niños y Niñas Indígenas desaparecieron. A fecha de septiembre de 2021, se han encontrado más de 1.300 cuerpos en fosas comunes en los alrededores de cinco de estos internados. 

MacKenzie fue a una escuela de día para Indios. “Había mucho abuso, similar a lo que pasaba en los internados; por ejemplo, no nos dejaban hablar nuestra lengua, pero al menos por la noche volvíamos a casa con nuestras familias”, explica. Es por eso que para Lea no solo es importante acceder a la educación, sino también ejercer control sobre ella.

La experiencia del Pueblo Mi’kmaw de Nueva Escocia retrata cómo una educación intercultural puede ser clave para el desarrollo de las comunidades indígenas. Desde 1999 rige una ley que concede al Pueblo Mi’kmaw poder de decisión sobre la lengua, la historia, la identidad y el contenido de la educación. Este sistema posibilita que la tasa de graduación al final de la escolarización para Jóvenes Indígenas sea del 90%, mientras que en el resto del país se sitúa alrededor del 40% o en los peores casos, en el 25%.  

De la incidencia política nacional a la internacional

Gracias a esta educación, y a un grado en lengua francesa y lingüística, Lea pudo salir de su comunidad en busca de nuevas oportunidades. El precio que pagó fue vivir alejada de sus raíces. Su primer trabajo fue en el gobierno del Canadá, en el Departamento de Asuntos Indios, en el área de Territorios y medio ambiente. Según Lea, esta fue una oportunidad para conocer el sistema desde dentro, aunque no pudo hacer mucho para cambiarlo. “Era demasiado joven y no sabía cómo luchar por los derechos de los Pueblos Indígenas en un sistema que les va en contra. Así que me fui”. 

Su siguiente paso fue como Jefa de Personal de la Asamblea de las Primeras Naciones. “Allí me convertí en una verdadera activista”, reconoce. En 1998 la enviaron a participar en la sesión anual de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer en Nueva York. “No sabíamos cómo usar las Naciones Unidas para el avance de nuestros derechos. Habían sólo tres Mujeres Indígenas participando y casi no tuvimos la oportunidad de hablar. Fuimos discriminadas por muchas del movimiento feminista, y esto nos hizo dar cuenta de la importancia de tener nuestra propia voz”, explica. 

A partir de ese evento, Tarcila Rivera Zea, lideresa indígena Quechua del Perú y actual Presidenta de FIMI, la invitó a organizar el evento preparatorio de Beijing +5. Lea y el resto del equipo consiguieron traer más de 100 Mujeres Indígenas a Nueva York y formarlas en cómo usar las herramientas de las Naciones Unidas para hacer oír sus voces y promover sus derechos. De ese evento surgió la Escuela Global de Liderazgo de FIMI, que ya va por la novena edición. 

Recomendaciones para hacer escuchar nuestras voces 

20 años después de ese evento histórico, el movimiento global de Mujeres Indígenas ha conseguido iniciar una Recomendación General de la CEDAW para Mujeres y Niñas Indígenas. Aunque ya hay instrumentos de las Naciones Unidas que reconocen los Derechos sobre los Pueblos Indígenas, los derechos humanos de los Pueblos Indígenas deben incluirse en todos los instrumentos, incluyendo las convenciones como la CEDAW. “Las Mujeres Indígenas la podrán usar para defender sus derechos a nivel estatal. Por eso es tan importante”, concluye. 

Sin embargo, hacerse un espacio en estos ámbitos de toma de decisiones —en los que las Mujeres Indígenas no son bienvenidas— no ha sido nada fácil. “Debemos entrar en la sala como hicieron nuestros ancestros, quienes lucharon por nuestros derechos. Por ellos siento que puedo enfrentarme a cualquier reto que surja”, explica. 

Para Lea, también es importante tener coraje, aunque eso no quiere decir “no tener miedo sino que el miedo no te detenga”. Después de años de trabajo de incidencia política a nivel local, nacional e internacional, Lea ha encontrado la mejor fórmula para conseguir que la otra persona sentada en la mesa la escuche: aportar soluciones. “Hay que ser persuasiva, no agresiva. Dar un golpe sobre la mesa no va a servir de nada. Frente a un problema, lo mejor es proponer cómo solucionarlo”, concluye.

Defensoras de la tierra, guardianas de la cultura e identidad de los Pueblos Indígenas

Las Mujeres Indígenas son criminalizadas por defender la tierra de sus comunidades frente al despojo y explotación por parte de Estados y empresas. La Recomendación General de la CEDAW prevé un marco legal que proteja a las Mujeres Indígenas y garantice sus derechos a la tierra.

Desde pequeña, Joan Carling, lideresa indígena de Filipinas, entendió que la relación de los Pueblos Indígenas con la tierra es especial. Joan creció en una comunidad mixta con familias indígenas y no indígenas, por lo que pudo ver las diferencias entre su comunidad y el resto de la sociedad filipina. Para los Kankanaey, la comunidad indígena de la zona norte de la Cordillera de Filipinas a la que pertenece, la tierra es colectiva y heredada por hombres y mujeres por igual. Los bosques están sujetos a normas colectivas y la gente se ayuda en tiempos de crisis. La tierra no es un mero recurso natural o una mercancía, sino que es la base de la cultura, la identidad, el bienestar y la cohesión de la comunidad, un concepto que une a los Pueblos Indígenas desde América hasta Asia.

 

Para Carling, cuando era una niña, el bosque de pinos fue su espacio de juego. “Durante mi infancia, nos colgábamos de los árboles, recogíamos piñas para recolectar los piñones para el vivero comunitario de pinos, y en los días de lluvia íbamos a buscar hongos”, explica con la voz de alguien que recuerda tiempos felices. Pero pronto comprendió que si no luchaba y defendía la tierra, se la iban a quitar a sus guardianes tradicionales, pues su comunidad vivía en una región rica en oro. La misma compañía que explotaba el bosque donde creció había expropiado una zona de tierra colectiva para extraer oro y cobre. La tierra había quedado totalmente destrozada: las aguas subterráneas y los ríos estaban contaminados, y la tierra revuelta por la minería se desplomaba a sus pies. 

 

Durante los años de universidad, Carling pasó dos meses de verano con los pueblos tribales Kalinga, quienes lograron defender sus tierras contra la construcción de cuatro represas hidroeléctricas que iban a desbaratar sus formas de vida. Aunque la resistencia vino acompañada de sangre y encarcelamientos, el Pueblo Kalinga consiguió parar la presa. Esto marcó un antes y un después en la defensa de la tierra de los Pueblos Indígenas en Filipinas, pues demostró que la lucha, en conjunto y con determinación, da resultados. 

 

Desde entonces, Carling lleva más de 20 años defendiendo los Derechos Humanos y los Derechos de los Pueblos Indígenas, no sólo en las Filipinas sino que en todo Asia también y a nivel internacional. En 2018, recibió el premio Campeones de la Tierra, el galardón más importante de las Naciones Unidas en medioambiente. Para una defensa efectiva de la tierra, Carling aconseja una buena organización comunitaria, la inclusión de liderazgos femeninos, crear alianzas con diversidad de actores (comunidades, académicos, gobiernos locales) y no dejar que las empresas pongan un pie en la tierra de los Pueblos Indígenas. “Una vez que entran, es mucho más difícil sacarlos”, avisa.

 

 

La lucha del Pueblo Amazigh por la tierra colectiva en Marruecos

 

En Marruecos, Amina Amharech, activista indígena Amazigh, se enfrenta al último embate del gobierno marroquí contra la noción de tierra colectiva del Pueblo Amazigh así como a la falta de respeto de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas. En 2019, se aprobaron tres leyes que destruyen el carácter inalienable que protegía la tierra colectiva en Marruecos, a través del cual esta no se podía vender, transferir o alquilar. Solo el Estado podía adquirir la tierra en caso probado de que contribuyera al bienestar comunitario. Los Amazigh, también conocidos como Bereber, son un Pueblo Indígena que habita el Norte de África, desde Siwa en Egipto hasta las islas Canarias, con su propia lengua, cultura e identidad. 

 

Para Amina, detrás de estas leyes hay una clara intención del Estado de usurpar la tierra colectiva que aún es mayoritaria en el país. “Los franceses eliminaron el derecho consuetudinario de los Amazigh sobre la tierra, el Izarfan, que garantizaba un acceso equitativo para todo el mundo a la tierra y los recursos naturales. Pero los colonos no pudieron acabar del todo con la relación de los Amazigh con la tierra. Conservamos las formas de gobernanza comunitaria, procesos de decisión en los que la mujer es incluida y métodos de soberanía alimentaria”, explica Amina. El Estado marroquí, al eliminar las leyes del protectorado francés de 1919, ha dado incluso un paso más en la desposesión de la tierra de los Pueblos Indígenas, situación empeorada por los efectos de los cambios climáticos que impide la realización de los ODS. 

 

La base cultural del Pueblo Amazigh: mujeres, lengua y territorio 

 

Amina relaciona las nuevas leyes sobre la tierra colectiva con un proyecto de arabización integrista que quiere menoscabar la posición de liderazgo de las Mujeres Amazigh dentro de sus comunidades. “Durante mi infancia, las mujeres han estado muy presentes. Yo vi cómo podían dar su opinión y participar en debates sin ser discriminadas. Ellas son el centro de la familia y la comunidad; son las que cuidan de los hijos y del hogar, pero también quienes preservan la tierra y el conocimiento ancestral”, comenta Amina. La palabra Tamazigh designa a la vez lengua, territorio y mujer; un término muy simbólico en la cosmovisión Amazigh,  que hace referencia a la estructura matrilineal de este pueblo. Sin embargo, en los años 80, el ascenso del Islam radical ha impactado negativamente en las libertades y posición social de las mujeres en Marruecos. 

 

Este carácter patriarcal se ve en la reacción que han provocado las nuevas leyes sobre la tierra. Al renombrar la tierra colectiva como soulaliyates (el nombre femenino de descendiente), el Estado marroquí ha enemistado a los hombres con las mujeres, pues estos piensan que serán ellas quienes van a heredar la tierra. La realidad, sin embargo, es todo lo contrario. “Estas son las consecuencias de un simple cambio de nombre y muestran la débil posición de las mujeres sobre la tierra”, recalca Amina. La realidad es que quienes podrán aprovecharse de estas tierras serán aquellos inversores privados y oligarcas favorecidos por las nuevas leyes.

 

 

Criminalizadas por defender la tierra

 

Tanto Joan Carling como Amina Amharech se han enfrentado a grandes riesgos por defender la tierra de sus Pueblos Indígenas contra la expropiación del Estado o de empresas extractivas. Durante los años en que Carling trabajó para la Cordillera People’s Alliance, fue calificada como terrorista junto con otros activistas. En ese tiempo, recibió numerosas amenazas y cuatro compañeros fueron asesinados. La presión sobre su vida y la de su familia era tan alta que en 2006 decidió tomarse un descanso y salir de la zona de riesgo a través del Programa de Becas del Instituto Oak por los Derechos Humanos

 

Amina Amharech, por su parte, se ha enfrentado personalmente a la corrupción del Estado y el sistema judicial marroquí cuando le expropiaron la tierra a su familia por ser Amazigh. Cuando quiso llevar el caso a la justicia, se tuvo que enfrentar con otra corrupción, la del poder judicial, con la Amicale Hassania des juges du Maroc que buscaba tomar control de estas tierras partes del título de propiedad 1683K. Hoy, en Marruecos, existe una mafia territorial que se quiere adueñar de las tierras Amazigh, que sean colectivas o privadas. No hay ley ni justicia para proteger los derechos Amazigh a sus tierras, territorios y recursos naturales, y resulta prácticamente imposible encontrar abogados especializados que no tengan miedo de liderar estos juicios.

 

Cada vez que el Pueblo Amazigh se manifiesta, los líderes son detenidos y encarcelados. “No hay nada que nos proteja. Por eso busqué la alternativa en las instancias internacionales”, dice Amina. Amharech participó en el programa de becas de las Naciones Unidas para Representantes Indígenas y desde entonces ha sido pionera en llevar la lucha del Pueblo Amazigh a las Naciones Unidas. 

 

 

Un nuevo marco legal para la defensa de la tierra para las Mujeres Indígenas

 

Amina ve en la Recomendación General de la CEDAW sobre Mujeres y Niñas Indígenas la posibilidad de proteger los derechos de su pueblo y en especial de las mujeres frente a un Estado que los vulnera deliberadamente. Sin embargo, recalca que para que llegue a las comunidades hay que hacer un trabajo previo de difusión y sensibilización. “Hay que enseñar a las mujeres cómo usar estos mecanismos”, afirma. 

 

Para Joan Carling, directora ejecutiva actual de Derechos de los Pueblos Indígenas Internacional (IPRI), el peligro es que la recomendación quede en papel mojado. Para evitarlo, habría que instaurar un proceso de rendición de cuentas y que los Estados apliquen sanciones a aquellos que vulneran los Derechos Humanos. En cualquier caso, la Recomendación General de la CEDAW es un hito en la historia por los derechos de las Mujeres y Niñas Indígenas sobre la tierra. El siguiente reto será su implementación. 

 

La Recomendación 39 del Comité de CEDAW es una propuesta de Mujeres Indígenas que involucra a la humanidad

Hemos trabajado de lo local a lo global desde 2004 para encontrarnos en la 82 Sesión de la CEDAW en Ginebra este 2022. Sobrevivimos a una pandemia y las adversidades de un mundo globalizado para dialogar con el Comité de Expertas de la CEDAW y hacer la primera lectura del borrador de la Recomendación 39 que incluye nuestras contribuciones.

El proceso que hemos vivido como Movimiento de Mujeres Indígenas en la CEDAW es un ejemplo de como hacer consultas y redacción de una recomendación que contenga la realidad y las  voces de las Mujeres Indígenas globalmente. Llegamos 30 lideresas Indígenas –representantes de las siete regiones socioculturales del mundo– al corazón de Naciones Unidas, en Ginebra,  con la propuesta de gozar de una vida sin violencias y discriminación. 

Movimiento de Mujeres Indígenas

La Recomendación no. 39 es una propuesta de interés global porque involucra a la humanidad. Abarca temas como: violencia de género contra Mujeres y Niñas Indígenas, cambio climático, contaminación del agua, tierra y aire, energía sostenible y limpia, alimentación, equidad de género, migración, conflictos armados, salud y educación entre otros.

La estrategia de trabajo en este espacio inició con una reunión de coordinación entre la delegación presente. Dialogamos y  definimos los  temas clave a conversar con el Comité de Expertas de la CEDAW. 

“Para comprender los derechos de las Mujeres Indígenas, primero hay que hacer cambio de piel. Dejar atrás lo que hemos aprendido en el colegio, medios de comunicación para re aprender hacia dónde va el mundo”, reflexiona Gladys Acosta, presidenta del Comité de la CEDAW, al enfatizar que el comité ha asumido dar respuesta a una deuda histórica con nosotras y por eso está comprometido con incluir las contribuciones de las Mujeres Indígenas y adoptar la Recomendación número 39 en Octubre del 2022.

Mujeres Indígenas

“La Recomendación debe leerse desde la cosmovisión y espiritualidad de los Pueblos Indígenas. Ha sido dirigida por Mujeres Indígenas a la ONU reconociendo los derechos individuales y colectivos.” Gladys Acosta, presidente del Comité de la CEDAW

La creación de sinergias es importante para que las Mujeres Indígenas vivamos con dignidad y sin discriminacion, comenta Victoria Tauli Corpuz, Igorot de Filipinas, quien fue Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos de los Pueblos Indígenas (2014-2020). Por ello el diálogo entre gobiernos, empresas, ciudadanía, organizaciones no gubernamentales e instituciones educativas es importante. 

El diálogo entre Mujeres Indígenas y expertas del Comité abordó el reconocimiento de ambas partes y recabó las aportaciones de las personas  involucradas. 

La Recomendación General es vista con optimismo en la región Sami que abarca Suecia, Noruega, Finlandia y Rusia. Ragnhild Marit Sara, Sami de Noruega, menciona que vela por la tierra ya que contribuye a crear conciencia para finalizar con las inversiones extractivistas de minerales y energía eólica. Estos proyectos amenazan el derecho a la tierra y cultura Sami, pues impacta en las áreas de pastoreo de renos.

Alicia Limtiaco, mujer Chamoru de Guam, invitó a los presentes a sumarse a esta recomendación para que los gobiernos destinen presupuestos para políticas públicas y programas para enfrentar la crisis climática porque en 2040 los primeros refugiados isleños serán las Mujeres Indígenas y sus familias por el hundimiento de sus tierras. 

Esta recomendación importa mucho para la realidad que viven los jóvenes y niños de Pueblos Indígenas en el mundo porque  la  trata y violencia tienen una relación con la explotación y extractivismo. Los grupos armados hacen alianza con los gobiernos, fuerzas públicas,  dijo Lizbeidy Monterrosa de Colombia.

Mujeres Indígenas

Esupat Ngulupa Laizer, Masai de Tanzania coincide en que la recomendación protegerá a las Mujeres Indígenas del África de la mutilación  genital.  Las  mujeres jóvenes, entre 12 y 15 años, sufren daño significativo a su salud mental y física por esta práctica.

Desde las palabras de Lucy Mulenkei, Masai de Kenia,Vicepresidenta de FIMI y Directora Ejecutiva de Indigenous Information Network, la Recomendación General permitirá el reconocimiento de los Pueblos  Indígenas basado en el principio de autodeterminación, ya que muchos Estados miembros no reconocen a los Pueblos Indígenas en África.

Para lograr la implementación de la Recomendación son necesarias acciones en tres  ejes: 1.Políticas feministas 2. La financiación para crear movimientos fuertes. 3. Voluntad diplomática para impulsar una agenda de igualdad de género, donde sea posible incluir diferentes coaliciones, explicó el Embajador de Holanda, Paul Bekkers.

Es fundamental la indivisibilidad de los derechos. Todas las violencias impactan en las Niñas y Mujeres Indígenas. Tenemos muchas recomendaciones pero seguimos mirando la agenda pendiente en los países y sabemos que el desafío es la implementación comenta Tarcila Rivera Zea, mujer Quechua, Presidenta del Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI).

Mujeres Indígenas

Con los alcances de lo realizado en la 82 Sesión de la CEDAW honramos las luchas, principios, y el camino recorrido de las Mujeres Indígenas que nos antecedieron en su búsqueda de igualdad. Hoy nos toca conducir este camino por el buen vivir de nuestros pueblos, mientras consideramos la implementación de la Recomendación como nuestro próximo desafío.

Mujeres Indígenas

Consulta Regional de Abya Yala sobre Recomendación General de la CEDAW

A lo largo de una década, las Mujeres Indígenas, hemos gestado una estrategia con acciones locales, globales y regionales para acabar con las violencias que vivimos y así poner fin al racismo y discriminación. El pasado 19 y 20 de mayo en México se realizó la primera reunión regional entre expertas del Abya Yala, Integrantes de la CEDAW, ONU Mujeres, UNICEF y gobierno.  

Consulta Regional para las Américas sobre el proyecto de Recomendación General de la CEDAW sobre los derechos de las mujeres y niñas indígenas. Tlaxcala, México,19-20 de mayo de 2022.

Más de 50 Mujeres Indígenas, pertenecientes a 42 pueblos originarios de 22 países, dialogamos sobre los retos que enfrentamos en nuestras comunidades. Y cómo la Recomendación 39 obligará a los 189 Estados miembros de Naciones Unidas a cerrar la brecha entre lo que está escrito en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y las violaciones que vivimos en cada país. 

Gladys Acosta, Presidenta del Comité CEDAW

La Recomendación General nos da la esperanza que se cumplan las leyes, convenios y garantiza mejores condiciones de vida para las niñas y jóvenes indígenas. Está siendo construida a través de consultas y diálogos que se han mantenido con Mujeres Indígenas diversas de diferentes partes del mundo, lo que enriquece esta herramienta estratégica, ya que amplía la visión de la Convención sobre la eliminación de todas formas de discriminación en contra de las mujeres. 

Teresa Zapeta, Directora Ejecutiva FIMI 

El próximo octubre del año en curso la Recomendación general 39 del Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) será publicada.

Marion Bethel, Experta del Comité de la CEDAW

Mujeres Indígenas hacen oír su voz y presentan sus aportes a la próxima Recomendación Generan no. 39 de la CEDAW sobre los derechos de las Mujeres y Niñas Indígenas

17 de marzo 2022.- El día de hoy, en el marco de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer 66 (CSW66), se llevó a cabo el evento paralelo “Contribuciones hacia la próxima Recomendación General de la CEDAW sobre Mujeres y Niñas Indígenas”, copatrocinado por el Instituto Nacional de las Mujeres del Gobierno de México, el Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI) y ONU Mujeres.

Con el encuentro se impulsa el proceso de consulta para adoptar la Recomendación General de la CEDAW; así como el enfoque transversal de las políticas y programas de cambio climático, medio ambiente y reducción del riesgo de desastres para la implementación acelerada de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing y la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible con perspectiva de género. 

El evento reunió a Mujeres Indígenas de diferentes partes del mundo quienes reflexionaron, desde su experiencia y cosmovisión, sobre cómo lograr que la Recomendación General se convierta en un instrumento efectivo para promover y proteger los derechos individuales y colectivos de las Mujeres Indígenas y contribuya al empoderamiento en sus comunidades y en la sociedad. De esta manera, se prevé que las discusiones derivadas de esta reflexión informarán la redacción de la Recomendación General y establecerán el tono y la aspiración para el próximo proceso de consulta. 

El evento inició con una ceremonia espiritual dirigida por Jandi Craig, Indígena Montaña Blanca Apache y Xicana, Defensora de Derechos Humanos, Becaria Indígena del ACNUDH y contó con la participación de Nadine Gasman, Presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres de México, (INMUJERES); Miriam Huacani, Viceministra de Igualdad de Oportunidades, Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional del Estado Plurinacional, Bolivia; Maria Noel Vaeza, Directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe; Belén Sanz, Representante de ONU Mujeres México; Tarcila Rivera Zea, Presidenta FIMI; Gladys Acosta, Presidenta del Comité de la CEDAW; Sara Mux Mux, Colectiva Ixpop, Guatemala; Faith Nataya Saningo, Centro de Recursos y Conocimiento Olorukoti, Kenia; Eleanor Dictaan-Bang-oa, Red de Mujeres Indígenas de Asia (AIWN), Filipinas y Teresa Zapeta, Directora Ejecutiva FIMI. La moderación del evento corrió a cargo de Elvira Pablo Antonio, Oficial de Políticas y Compromiso de Girls Not Brides para América Latina y el Caribe e integrante del antiguo Grupo de Trabajo de Juventudes Generación Igualdad.

En sus palabras, la Presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres del Gobierno de México, Nadine Gasman, señaló que México considera “imprescindible la adopción de la Recomendación General 39 sobre los derechos de las mujeres y niñas indígenas, que brinde una guía a los Estados sobre las medidas legislativas, políticas, sociales y culturales para garantizar la protección a sus derechos.” Además, la Presidenta Gasman añadió que “en México hemos seguido muy de cerca el proceso de elaboración de esta Recomendación General, buscamos priorizar las voces de las Mujeres y Niñas Indígenas como protagonistas y líderes dentro y fuera de sus comunidades”. 

Por su parte, la Representante de ONU Mujeres en México, Belén Sanz, reiteró que “desde ONU Mujeres y de la mano de la Oficina de la Alta Comisionada de Derechos Humanos, estaremos trabajando en apoyo a las consultas regionales, en particular la que se llevará a cabo en México en donde estamos seguras escucharemos voces diversas que nutrirán esta Recomendación General’. Igualmente, insistió en “la importancia de la dimensión individual y colectiva de los derechos de las Mujeres Indígenas, los derechos relacionados con los recursos naturales, el agua, el territorio y el derecho a la tierra y por su puesto la interrelación entre todos los derechos que ha de reconocer esta nueva Recomendación General”.

Tarcila Rivera Zea, Quechua de Perú, recordó que, “hemos iniciado el proceso por la recomendación general desde el 2004 durante el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, considerando que como mujeres y niñas tenemos especificidades por nuestro origen étnico y por la multidimensionalidad de las violencias”. Recalcó que “esperamos que esta recomendación general obligue ética, moral, políticamente a los Estados miembros y que las mujeres con discapacidades deben de estar presentes en la recomendación así como todas nuestras diversidades”.

De Guatemala, Sara Mux Mux, Maya Kaqchikel, destacó que esta recomendación será un instrumento clave porque contribuirá a la interpretación intercultural y descolonizadora de los derechos humanos; y exaltó que “los Estados podrán rendir cuentas y nos permitirá generar cambios frente a las desigualdades e invisibilización de nosotras como Mujeres Indígenas”. 

Faith Nataya Saningo, Masai de Kenia, expresó que esta Recomendación General implica justicia para diferentes comunidades, siendo “necesario el reconocimiento de los Pueblos Indígenas y la implementación de acciones concretas que salvaguarden nuestros derechos”.  En la misma línea, Eleanor Dictaan-Bang-oa, Kankanaey Igorot de Filipinas, reafirmó el urgente llamado a eliminar las causas de la explotación y discriminacion contra las Mujeres Indígenas, planteamientos entregado al Comité de CEDAW, y espera sean considerados de forma categórica. 

Teresa Zapeta Mendoza, Maya K’iche de Guatemala, reconoció las valiosas alianzas que se han dado para lograr una recomendación histórica y estratégica. Que signifique una reparación del colonialismo y desigualdades en las 7 regiones del mundo.  Anunció que, gracias al esfuerzo colectivo, será publicada el 25 de Marzo una página web que permitirá estar interconectadas y ampliar la información. Para finalizar mencionó extrañar las voces de los Estados en la reunión para dialogar; pues aún los Estados están lejos de los Pueblos Indígenas, y por ello deben de permanecer juntas, porque juntas son más fuertes.

Por su parte, Gabriel Muyuy Jacanamejoy, Secretario Técnico del Fondo para el desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC) expresó que la Recomendación General es un hito histórico no sólo en favor de las mujeres y las niñas indígenas sino para los derechos humanos de los pueblos indígenas de todo el mundo. “Como FILAC seguiremos trabajando en pro de la garantía de los derechos de las mujeres y niñas de nuestros pueblos indígenas.”

En su participación, Miriam Huacani, Viceministra de Igualdad de Oportunidades, Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional del Estado Plurinacional, Bolivia, mencionó que es importante reconocer los desafíos pendientes, avanzar con la sociedad civil y los distintos órganos de gobierno. Además reconoció que la lucha contra la violencia debe ser encabezada desde los gobiernos. 

En sus palabras de cierre, la Directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, María Noel Vaeza, señaló que esta “Recomendación General debe exhortar a los Estados a considerar en sus leyes nacionales, presupuestarias y programáticas la acción por el pleno ejercicio de los derechos de las Mujeres Indígenas, considerando sus interseccionalidades y reconociendo sus aportes al desarrollo de los pueblos y a la conservación de nuestra gran casa común, el planeta tierra.”

Las preocupaciones sobre los derechos humanos de las Mujeres Indígenas han cobrado fuerza en los debates ambientales, culturales y de desarrollo internacionales. La Declaración de las Naciones Unidas sobre el Derecho de los Pueblos Indígenas, adoptada en 2007, establece los estándares internacionales y una guía crucial para construir sociedades que garanticen la plena igualdad y los derechos de los Pueblos Indígenas. 

Los derechos de las Mujeres Indígenas están protegidos por la Declaración Universal de Derechos Humanos y por los Pactos Internacionales y tratados posteriores de Derechos Humanos, los cuales Incluyen sexo y raza como categorías a considerar en la protección del derecho a la igualdad y la prohibición contra la discriminación. Sin embargo, la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) es el único instrumento internacional vinculante que protege específicamente los derechos de las mujeres, incluidas las Mujeres Indígenas. La próxima Recomendación General de la CEDAW es una oportunidad única para integrar las prioridades colectivas, la cosmovisión, las experiencias y las lecciones compartidas por parte de las Mujeres Indígenas para un cambio transformador y asegurar la preservación de las distintas culturas que representan la encarnación de su identidad, supervivencia y desarrollo.El evento puede verse en este link.

CEDAW PARA MUJERES Y NIÑAS INDÍGENAS: UNA BRECHA CONVERTIDA EN CAMINO

Las mujeres somos diversas y desde nuestras identidades aportamos al mundo. A la vez, señalamos las desigualdades que enfrentamos las Mujeres Indígenas tales como la falta de acceso a las oportunidades educativas, económicas y sociales. Los Pueblos Indígenas somos el 6,2% de la población mundial (OIT, 2019)1 pero representamos el 15% de las personas más empobrecidas del mundo (UNPFII, 2020). El reciente Estudio global sobre la situación de las Mujeres y Niñas Indígenas, en el marco del 25 Aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, muestra que sistemáticamente las Mujeres Indígenas nos encontramos en la parte inferior de todos los indicadores sociales y económicos.2

Frente a este contexto, es necesario que las medidas que protegen nuestros derechos sean culturalmente apropiadas, tomando en cuenta las particularidades que nos impiden el pleno ejercicio de nuestros derechos. Es así que los instrumentos  internacionales deben ofrecer respuestas específicas para abordar las problemáticas que enfrentamos y garantizar el   acceso a la igualdad de oportunidades.  Un ejemplo es la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW por sus siglas en inglés), la cual los Estados miembros deben tomar acciones orientadas a respetar, proteger, promover y cumplir los derechos humanos de mujeres y niñas en todas las circunstancias. Es importante destacar que la Convención es un instrumento jurídicamente vinculante, esto quiere decir, que los Estados adheridos a esta convención, están obligados a cumplir con este mandato. 

En un mundo donde las mujeres, en todas nuestras diversidades, experimentamos una profunda desigualdad; este instrumento tiene una especial relevancia para nuestras vidas. Sin embargo, CEDAW no reconoce de manera específica a Mujeres y Niñas Indígenas como portadoras de derechos individuales y colectivos. Esto significa que, la Convención no ofrece una protección adecuada contra las múltiples discriminaciones que enfrentamos. 

Desde nuestra forma de percibir la vida, estamos conectadas con la Madre Tierra. Resistimos y combatimos la discriminación y violencias no solamente como mujeres individuales, sino como seres colectivos, intrínsicamente relacionadas a nuestros pueblos conformando un todo. Por ello, nos hemos dado a la tarea de incidir en espacios de toma de decisiones, teniendo como meta transformar las realidades de desigualdades e injusticias. 

Este proceso ha requerido la suma de voluntades a través de diálogos entre lideresas y organizaciones de Mujeres Indígenas, de organizaciones aliadas de la sociedad civil  así como perseverancia a lo largo del tiempo. Una tarea estratégica para mejorar la vida de 186 millones de Niñas y Mujeres Indígenas, que solo en colectivo podremos conseguir.

Iniciamos una brecha que se ha convertido en un camino. Hoy tenemos la fuerza del viento a nuestro favor.  Hermanas, sin perder el paso fuerte y constante, FIMI, las redes regionales de Mujeres Indígenas y MADRE  les invitamos a sumarse a la Campaña CEDAW para las Mujeres y Niñas Indígenas. Esta iniciativa es fruto de lo ya sembrado y necesita de nuestra energía para lograr que el Comité de CEDAW adopte formalmente una Recomendación General para Mujeres y Niñas Indígenas en el 2022. ¡Juntas somos más fuertes para hacer realidad un mundo libre del racismo y dela discriminación!  

 1 Aplicación del Convenio sobre pueblos indígenas y tribales núm. 169 de la OIT: Hacia un futuro inclusivo, sostenible y justo,  Organización Internacional del Trabajo, 2019

2 Estudio global sobre la situación de las Mujeres y Niñas Indígenas en el marco del 25 Aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, FIMI, 2020

CAMINANDO JUNTAS RUMBO AL CAMBIO

Lideresas Indígenas de diferentes partes del mundo han participado en el evento virtual “Caminando juntas rumbo al cambio”, en el que han compartido estrategias y puntos clave para que sus voces, perspectivas y demandas se plasmen en una Recomendación General del Comité para la Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer (CEDAW en sus siglas en inglés) sobre los Derechos de las Mujeres y Niñas Indígenas. 

La conversación, que ha tenido lugar el jueves 18 de marzo de 2021, ha sido organizada por el Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI), MADRE, el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (UNDESA)/ Subdivisión de Pueblos Indígenas y Desarrollo/Secretaría del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas (UNDESA/IPDB-SPFII) y la fundación Rosa Luxemburg-Stiftung (RLS Oficina Nueva York).

A modo de bienvenida, la Sra. Teresa Zapeta, Directora Ejecutiva de FIMI, ha remarcado la importancia de un instrumento vinculante como la Recomendación General de la CEDAW, que permite “desde el marco internacional incidir de forma directa en las políticas públicas nacionales”. En una misma línea, la Sra. Gladys Acosta, Presidenta del Comité de la CEDAW, ha señalado la importancia que los derechos escritos en un documento lleguen a la vida de las personas. Para ello, el Comité ha puesto a trabajar a un grupo de 15 expertos de diferentes nacionalidades para que realicen consultas colectivas y escuchen las demandas de las Mujeres Indígenas. De este modo, se quiere crear una recomendación que venga “de abajo para arriba”. 

 Justamente, esta recomendación no se empieza a construir ahora, sino que parte de un largo camino en el que compañeras indígenas han trabajado en red y “han conseguido llamar la atención sobre los temas a tratar”, ha remarcado la Sra. Mirian Masaquiza, Oficial Asociada de Relaciones Sociales del Departamento de Asuntos Económico y Sociales de las Naciones Unidas (UNDESA) y moderadora del evento. Y en este proceso de construcción colectiva cada vez hay más actoras. “Desde FIMI  estamos coordinando con las redes regionales de Mujeres Indígenas para tener una declaración que incluya todas las perspectivas”, ha explicado la Sra. Lucy Mulenkei, Vicepresidenta de FIMI y Directora de la Red de Información Indígena.

Buscando la interseccionalidad y la inclusión de voces diversas

En el debate, las Lideresas Indígenas participantes han intercambiado sus puntos de vista y asuntos clave que se deben tener en cuenta en la recomendación. Para empezar, todas ellas han señalado la importancia de mantener las diversidades de las voces, incluyendo mujeres y niñas con discapacidad y de la comunidad LGTBI. “Debemos hacer una interpretación colectiva de los derechos e integrarlos de forma holística en la CEDAW, con un enfoque inclusivo e interseccional para que no se haga nada de nosotras sin nosotras”, ha puntualizado Patrima Gurung, de la Asociación Nacional de Mujeres Indígenas con Discapacidad de Nepal (NIDWAN en sus siglas en inglés).

Por su parte, la Sra. Sara Mux, del Colectiva Ixpop, resaltó la diversidad de voces para recalcar la importancia de “la igualdad entre hombre y mujeres y entre mujeres”. Para ello, la CEDAW es un “instrumento estratégico para hacer visibles las múltiples capas de la discriminación y del racismo”, ha comentado.

El concepto de la tierra para las Mujeres y Pueblos Indígenas

Otro aspecto fundamental que hace especialmente necesaria una recomendación general específica sobre los Derechos de las Mujeres y Niñas Indígenas diferente de la recomendación sobre Mujeres Rurales es el concepto de conexión con la Madre Tierra entendido por los Pueblos Indígenas. Como ha explicado la Joven Indígena Sareya Taylor, de la White Mountain Apache Tribe, representante del ECMIA Norte “para muchas personas la tierra es simplemente tierra, pero para nosotros los Pueblos Indígenas, la tierra es nuestra madre, la que nos sostiene. El respeto a la tierra es muy importante porque nos permite sanarnos”.

Para ello, el control sobre la tierra, el territorio y los recursos naturales, que traducido a las estructuras de poder occidentales y dominantes se refiere al acceso a la titularidad de la tierra es clave para “asegurar el empoderamiento económico de las Mujeres Indígenas y reducir la pobreza”, ha asegurado la Sra. Lucy Mulenkei. Asimismo, Patrima Gurung ha señalado que “estas estructuras de los estados sobre la tierra suponen una barrera para nuestras vidas y nos someten a un proceso de invisibilización muy duro de romper”. 

La educación y la reducción de las violencias

La educación y la reducción de las violencias han sido otros temas centrales de la conversación. Por una parte, la educación es una herramienta fundamental para lograr una mejora de la vida de las Mujeres y Niñas Indígenas. 

Por otra parte, tanto Sareya Taylor como la Sra. Shilpa Pullela, Vicepresidenta de la Mesa de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), han mostrado cómo los diferentes tipos de violencias son más acentuados para Mujeres Indígenas. En Australia, por ejemplo, las Mujeres Indígenas se enfrentan a 32 veces más violencia que una persona no indígena. 

Shilpa Pullela sugiere combatir las violencias mediante procesos de consulta en los que las Mujeres Indígenas puedan hablar de lo que ellas crean importante, sin una agenda impuesta desde arriba, como se ha hecho con el reporte Wiyi Yani U Thangani.

Como ha comentado Pullela y Masaquiza para cerrar el evento, este año es de vital importancia que las Mujeres y Niñas Indígenas continúen luchando para que sus voces sean incluídas en la Recomendación General del Comité de la CEDAW y en la 65º edición de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW65). 

En esta línea, la Sra. Gladys Acosta, ha ofrecido una recomendación para las organizaciones de Mujeres Indígenas: que tomen los 16 artículos de la Convención, los lean y debatan en sus comunidades, y hagan llegar al Comité  sus puntos de vista para que se incluyan en cada uno de los artículos. De esta manera se podrá hacer llegar el “mensaje global” de las Mujeres Indígenas hacia “un mundo que se ha desorientado, que ha perdido la conexión con la tierra y los seres humanos y que ha privilegiado la riqueza per se”, ha comentado Acosta. “Y ustedes nos retornan a lo central, a lo fundamental”, ha reconocido. 

Aunque la COVID-19 ha dificultado esta tarea, pues muchas Comunidades Indígenas no cuentan con electricidad, menos aún con internet,  las redes de Mujeres Indígenas del mundo siguen haciéndose escuchar. En los próximos meses, se van a realizar muchas otras actividades como parte de la campaña para llevar las demandas de las Mujeres Indígenas a la Recomendación General del Comité de la CEDAW. El objetivo es empujar para que las instancias internacionales y los estados nacionales adopten unos máximos que respeten nuestros derechos individuales y colectivos y hagan de este un mundo mejor. 

MUJERES INDÍGENAS CONSTRUYENDO LA IGUALDAD DE GÉNERO

La mejor forma de descolonizar el mundo es re-indigenizar los espacios en los que buscamos la igualdad y condiciones paritarias.  No queremos estar por encima de nadie. Iniciamos este evento cantando porque de esta manera honramos todo lo que somos.  Agradecemos a las ancestras que nos permiten estar aquí. También, comenzamos reconociendo los elementos espirituales para tener la fuerza que crea la vida y lograr una conversación que de frutos.

Como lideresas Indígenas hemos compartido un espacio de diálogo dentro del Foro Generación Igualdad en México. Para unir voces y establecer estrategias que venzan los desafíos estructurales que enfrentamos alrededor del mundo. La sesión, celebrada el 30 de marzo de 2021, organizada por el Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI) y contó con la participación de Lideresas Indígenas con amplia  trayectoria local, regional e internacional. La importancia del  evento radica en la inclusión de  las voces de las Mujeres Indígenas en las acciones transformadoras que resulten del Foro para alcanzar la igualdad efectiva de género.

Las Mujeres Indígenas llevamos tiempo preparándonos y trabajando para tener incidencia política en los espacios internacionales. FIMI y las redes regionales —el Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas (ECMIA), la Alianza de Mujeres Indígenas de Centroamérica y México, la Organización de Mujeres Indígenas de África, la Red de Mujeres Indígenas de Asia y la Alianza Nacional de Mujeres Aborígenes y de las Islas del Estrecho de Torres—, han realizado un trabajo preparatorio en dos sesiones previas, para llegar al Foro Generación Igualdad con un mensaje claro y consensuado entre la diversidad de voces. 

Además, este posicionamiento común lo presentamos  el 10 de febrero de 2021 en un diálogo de alto nivel entre Mujeres Indígenas y actores claves en colaboración con la embajadora de México, Sra. Yanerit Morgan. “El Foro es un evento muy importante para subrayar los desafíos y contribuciones de las Mujeres Indígenas desde lo local a lo global”, ha enfatizado Sandra Creamer, Lideresa del pueblo Wannyi/Kalkadoon de Australia y miembro de la Junta Directiva de FIMI.

Nuestro caminar desde Beijing 

Todo este trabajo de incidencia ha sido posible gracias al camino que abrieron las Lideresas Indígenas en la Conferencia de Beijing de 1995. La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer  marcó un hito histórico en el que “las Mujeres Indígenas del mundo presentamos por primera vez una declaración que representara nuestro pensamiento. Creamos una opinión de carácter internacional”, ha explicado Dialys Ehrman, Lideresa Indígena del pueblo Kuna de Panamá y quien participó en la carpa de Mujeres Indígenas en Beijing. Fue también a partir de ese momento que empezaron a emerger organizaciones de Mujeres Indígenas de forma más articulada.

Desde entonces, “las Mujeres Indígenas nos hemos empoderado y hemos aprendido a negociar, a hacer incidencia a través de los organismos internacionales, a preparar documentos, a hacer estudios e investigaciones y a empezar a contar nuestra propia historia”, ha añadido Ehrman. 

Desafíos estructurales de las Mujeres Indígenas

Sin embargo, las Mujeres Indígenas alrededor del mundo continuamos enfrentándonos a desigualdades estructurales que nos impiden el pleno ejercicio de nuestros derechos. Emily Lerosion, Lideresa Indígena del pueblo Samburu de Kenia y directora y fundadora de la organización The New Dawn Pacesetter, ha señalado algunas de las cuestiones clave. 

Para iniciar, el derecho a la educación. “Aquí es donde empiezan todos nuestros problemas”. En cuanto llegan megaproyectos a las comunidades, por ejemplo, “debido a la falta de educación, como Mujeres Indígenas no tenemos el conocimiento para oponernos a estos proyectos”, ha explicado, Lerosion. 

El derecho a la palabra y a expresarnos por nosotras mismas sobre lo que nos impacta también es fundamental. Adriana Uex, joven lideresa Maya y miembro de la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas de México (CONAMI), ha hecho un llamamiento a que no se hable por nosotras y que se dé voz a liderazgos jóvenes e indígenas. Desde las Juventudes ha expresado la voluntad de “estar presentes como sujetas de derecho, no desde una visión paternalista”. 

Uex también ha abogado por una “participación efectiva”, en vez de una “inclusión paliativa”. “La diversidad de voces debe estar en la toma de decisiones sobre todo aquello que nos atraviesa. En un mundo ideal, no tendríamos que estar exigiendo todo esto, sino que tendríamos que estar reconocidas como sujetos políticos y de derecho”, ha sentenciado.  

Emily Lerosion ha puesto como ejemplo las dificultades que genera la falta de voz propia en una problemática como las prácticas tradicionales que vulneran los derechos de Mujeres y Niñas Indígenas. “Como mujeres no tenemos derecho a opinar u  oponernos y esto nos deja en una situación de víctima”.

Mujeres Indígenas como agentes de cambio

Para revertir esta etiqueta impuesta de víctima, las Mujeres Indígenas nos posicionamos como agentes de cambio. “Por supuesto vivimos las desigualdades”, ha comentado Teresa Zapeta, Directora Ejecutiva de FIMI, “pero esta etiqueta impide ver que somos capaces de construir y que seguimos haciéndolo”. En todo el mundo, las Mujeres Indígenas nos hemos organizado para enfrentarnos a los desafíos. “Creamos nuestras propias organizaciones a nivel comunal, regional y nacional. Esto nos permite tener un concepto de grupo y compartir experiencias y estrategias”, ha afirmado Emily Lerosion. 

Esta capacidad organizativa ha sido una de las aportaciones más valiosas de las Mujeres Indígenas, la cual se ha visto reforzada durante la pandemia. Por ejemplo, Dialys Ehrman ha explicado cómo el rol de las mujeres ha sido fundamental para establecer el protocolo de la COVID-19 en la comarca indígena de Kuna Yala, en Panamá. 

Otro de los grandes aportes de las Mujeres Indígenas en este proceso hacia la igualdad ha sido entenderla “no sólo como un asunto de poder entre géneros, sino como algo que trastoca a todas las diversidades”, ha explicado Teresa Zapeta. Tanto la interseccionalidad como el concepto de justicia ambiental “son una aportación de las Mujeres Indígenas y ahora son temas esenciales en el Foro”. 

Pero para que las palabras se conviertan en acciones transformativas,  es necesario que las Mujeres Indígenas sigamos luchando por nuestros derechos, alzando nuestras voces diversas. 

LAS MUJERES INDÍGENAS POSICIONAMOS NUESTRAS VOCES EN EL FORO GENERACIÓN IGUALDAD

Varias Lideresas Indígenas han participado en diversos eventos del Foro Generación Igualdad, celebrado entre el 29 y el 31 de marzo de 2021 de forma virtual. A través de su participación, las Mujeres Indígenas del mundo hemos podido llevar nuestras voces, demandas y estrategias a esta reunión mundial que establece las acciones transformadoras que se van a tomas en los próximos cinco años para alcanzar la igualdad de género.

En los eventos virtuales se ha hablado del papel de las Mujeres Indígenas frente al cambio climático, el impacto de la COVID-19, las diversas violencias y desigualdades a las que aún nos enfrentamos como Mujeres y Niñas Indígenas y la dirección que debe tomar el movimiento feminista.

“Nadie quiere un movimiento feminista solo de académicas y de clase alta. El feminismo se articula en las diversidades, dialogando”, ha subrayado Tarcila Rivera Zea, activista quechua y Presidenta de la Junta Directiva del Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI-IIWF). Así pues, este evento ha sido una gran oportunidad para que las aportaciones particulares de las Mujeres Indígenas se incluyan en la agenda global hacia la igualdad de género.

La necesidad de una perspectiva interseccional y decolonial en el movimiento feminista

En todo el Foro, la palabra que ha unido las voces de las Mujeres Indígenas ha sido la interseccionalidad. “El desafío es que después de este Foro no nos quedemos en el discurso, sino que e aplique la interseccionalidad”, ha recalcado Myrna Cunningham, cofundadora y vicepresidenta de la Iniciativa Indígena para la Paz. “El modelo colonial se está reforzando en el mundo y si no introducimos la interseccionalidad vamos a seguir viendo las cosas homogéneas”, ha añadido.

A lo largo de los años de lucha, las Mujeres Indígenas hemos ido conquistando importantes derechos, sobre todo respecto el derecho normativo mediante la adopción de instrumentos legales, internacionales y nacionales que presionan a los Estados a adoptar políticas concretas.

Sin embargo, como ha comentado Norma Don Juan Pérez, Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas de México (CONAMI), “los avances se ven opacados por políticas racistas y sin interseccionalidad”, que continúan generando múltiples violencias contra las Mujeres Indígenas. “Para ellos necesitamos cambiar el ejercicio de poder”, ha afirmado Norma Don Juan, “necesitamos que se reconozca nuestra capacidad para resolver problemas, que se nos considere sujetas de derecho y que podamos definir como queremos materializar nuestros derechos”.

Tarcila Rivera Zea ha dado algunas soluciones prácticas para incluir la interseccionalidad y hacer frente a los desafíos específicos de las Mujeres Indígenas. Una es impulsar la recomendación general del Comité de la CEDAW sobre los Derechos de las Mujeres y Niñas Indígenas.

También es importante fomentar las oportunidades económicas y que las organizaciones de Mujeres Indígenas reciban financiación de forma más directa. Para ello es necesario creer en su capacidad de gestionar los recursos, como ha apuntado Monica Aleman, coordinadora principal del BUILD Program de la interseccionalidad para no dejar de lado a ningún sector de la sociedad.

Las Mujeres Indígenas somo las mejores guardianas de la Madre Tierra.

Hay cierto consenso en que las Mujeres Indígenas somos las más afectadas por el cambio climático. La pérdida de cosechas a causa de inundaciones y sequias extremas merma los avances logrados en seguridad alimentaria. “El cambio climático es una pesadilla en mi país”, ha reconocido Hindou Oumarou Ibrahim, cofundadora y presidenta de la Asociación de Mujeres y Pueblos Indígenas del Chad.

Pero al mismo tiempo, las Mujeres Indígenas nos posicionamos como portadoras de soluciones. En la comunidad, “Ellas son las que transforman, quienes tienen un conocimiento detallado del clima y su entorno y las que pueden proponer soluciones medioambientales. Ellas deberían estar presentes en las mesas de negociación de los planes nacionales”, ha añadido Hindou Oumarou Ibrahim. Con la crisis de la COVID-19, por ejemplo, se han puesto en valor las prácticas de sanación, espiritualidad y medicina tradicional.

Además, las Mujeres Indígenas, como guardianas y defensoras de la Madre Tierra, llevamos tiempo incidiendo en “el concepto de violencia ecológica y ambiental”, que ha “retado y ampliado el concepto de violencias”, ha explicado la Lideresa Indígena nicaragüense Myrna Cunningham.

Tanto para los desafíos que plantea el cambio climático como la COVID-19, Lucy Mulenkei, vicepresidenta de FIMI, tiene una recomendación: “no trabajen solas”. “Necesitamos trabajar con niños y niñas, juventudes, familias y comunidades”.

Persisten las violencias y desigualdades contra Mujeres y Niñas Indígenas

Aunque ha habido avances importantes en materia normativa y legislación específica, que ha derivado en políticas y programas gubernamentales para prevenir las violencias, aún queda trabajar para que si implementación se traduzca en una realidad. Las Mujeres Indígenas, negras y/o con discapacidades seguimos siendo las que más morimos y las más criminalizadas. “El problema es la desigualdad estructural y económica que generan las violencias”, ha explicado Elvira Constantina Pablo Antonio, de la Red Nacional de Mujeres Indígenas de México.

Pra Adriana Uex, Joven Indígena y miembro de la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas CONAMI, “el racismo y la discriminación son las barreras” de estas desigualdades, que se ven traducidas en la falta de acceso a los sistemas de salud estatales, la prohibición al derecho a decidir sobre nuestros cuerpos o los matrimonios infantiles.

Otra de las violencias que afecta de forma muy intensa a las Mujeres Indígenas es la apropiación de los territorios indígenas por parte de empresas transnacionales, que agrava con la impunidad y la violencia estatal. “Necesitamos dar respuestas globales” desde una perspectiva “intercultural y feminista”, ha recomendado Norma Don Juan Pérez, de CONAMI.

Para Sandra Creamer, Directora Ejecutiva de la Alianza Nacional de mujeres Aborígenes y de las Islas del Estrecho de Torres y miembro de la Junta Directiva de FIMI, hace falta rendición de cuentas de parte de las empresas y los estados. “Debemos construir estándares internacionales y articularnos en las convenciones y guías de Derechos Humanos”, ha señalado.

Con la pandemia de la COVID-19, estas desigualdades se han agravado. Los súper ricos han obtenido grandes ganancias y las disparidades se han intensificado. “Muchas Mujeres Indígenas han tenido que migrar de las zonas rurales a la ciudad, donde no tienen acceso a los servicios”, ha explicado Teresa Zapeta, Directora Ejecutiva de FIMI.

Esto nos deja “un marco complejo, donde hay avances pero también se han acentuado mucho las violencias”, ha concluido Norma Don Juan Pérez. Por eso, las Mujeres Indígenas hacemos un llamamiento a la acción. En palabras de Elvira Pablo, del Grupo de Trabajo Jóvenes Generación Igualdad: “estamos cansadas de escuchar palabras y compromisos sin acciones inmediatas. Ahora es el momento de pasar a la acción”.